miércoles, 6 de julio de 2011

Las crisis económicas

Echando un vistazo atrás en la Historia, nos damos cuenta de que las distintas sociedades se han ido formando por la necesidad de cobertura mutua que necesitaban aquellos pueblos que habían visto lucro en la exportación de sus excedentes, y en la necesidad de protegerse frente a "listillos" que querían engañar a los demás, y ante los ataques piratas que sufrían por parte de los más fuertes, de los, quizás, más necesitados, o simplemente de aquellos que vivían de imponer la fuerza bruta.

En el trozo de Historia que conocemos, fueron los Sumerios, en Oriente Próximo, los primeros lo suficientemente fuertes como sociedad, como para poner por escrito sus transacciones comerciales, más como una necesidad de llevar “un registro mercantil y una contabilidad” de lo que comerciaban con pueblos vecinos.

 Era tan importante para ellos, que parece ser que “tuvieron que inventar” una serie de símbolos, que luego derivarían en la escritura cuneiforme, para poder poner “por escrito” toda su actividad comercial.

Otros Imperios como China, Egipto, Grecia y Roma, tenían en la actividad comercial el principio de sus expansiones, y todos ellos llevaban registros de sus actividades lucrativas.

Se dice que fue el trueque, como moneda de cambio, el primer control que se llevó para hacer el comercio lo más justo posible, pero por todo lo que tengo investigado a través de mis últimos 50 años de vida, me he dado cuenta de que el trueque solo ha funcionado entre comunidades pequeñas. Incluso en un pueblo tan numeroso como Los Celtas, se usaba el trueque, debido a que Los Celtas eran tan independientes, que tenían incluso independencia entre ellos. No eran una sociedad imperial, y solo se unían ante el peligro.

Había un gran fallo en aquel sistema de trueque, y es que cuando las expediciones comerciales llegaban a otro pueblo que había tenido una mala temporada y no tenían nada que ofrecer a cambio, se exponían a perder el tiempo y el coste del viaje, en el mejor de los casos, o a que les robasen sus mercancías por “necesidad imperiosa”. Otras veces solo se les ofrecía a cambio productos que no les interesaban o de los que ya tenían en abundancia.

¿Cómo solucionar esto?

La necesidad imperiosa, y la codicia de algunos, llevó a intercambiar mercancías por personas que trabajaban para los comerciantes ricos durante un tiempo, hasta saldar la deuda. Naciendo así el tráfico de personas y la esclavitud, que desgraciadamente, aún persiste en nuestro siglo XXI.

El concepto más revolucionario de todos para la justa valoración y trueque de mercancías fue el nacimiento del Patrón Metales Preciosos. Nadie puede decir con certeza porqué se eligió el oro para convertirlo en algo tan importante, pero lo cierto es que todas las culturas, incluso las no imperiales, como los mencionados Celtas, tenían una sed de oro incontrolable.

El oro se trataba por peso, y así el peso de un hombre en trigo, por ejemplo, se pagaba con un cierto peso en oro. Con oro se podía comprar de todo, aunque tus cosechas se hubiesen arruinado.  Se podía comprar con oro cualquier cosa que otra persona te pudiese ofrecer. Incluso a otras personas.

El Patrón Oro, pagado al peso en bruto, funcionó hasta el siglo VII u VIII a.c., tiempo en que aparecen las primeras monedas acuñadas, y que dan al oro y a la plata un valor fijo, y detienen temporalmente la inflación del precio de los productos.

Como anécdota, cabe subrayar que la picaresca no es un invento español, como se pretende. Los más picaros se dedicaban a raspar un poquito el borde de las monedas, e ir acumulando esas limaduras para obtener un oro propio e ilícito, sin que la moneda raspada perdiese nada de su valor. Cuando los acuñadores se percataron del asunto, se inventó el hacer en las monedas un canto dentado que “cantaba” de inmediato si alguien las había raspado.

Parece ser que, en China, el Emperador Kublai Kan, de la dinastía Mongol, allá por el siglo XIII, (hay quién dice  que la idea fue anterior, sobre el siglo VI, también n China, que fue donde se inventó el papel) tuvo la gran idea de ordenar, bajo pena de muerte, que todo el mundo debía de entregarle a él todas las monedas de oro y plata que poseyesen, y él des daba unos certificados escritos de que el portador era propietario de x monedas, depositadas en el primer Banco del Mundo.

Aquí nació el primer billete de que se tiene conocimiento, el primer Banco Central, gubernamental en este caso, y el control total sobre el pueblo, ya que esos billetes solo se podían canjear dentro de China o con aquellos países con los que se tenía acuerdos especiales. Las personas perdieron su libertad para ir a comprar o vender fuera de aquella área de influencia. Nace el primer indicio de capitalismo y la esclavitud financiera.

La idea de acaparar el oro, plata y cobre, y emitir billetes en su lugar, se difundió entre los demás pueblos, llegando a Europa la impresión de billetes en papel en el siglo XVII, en el Banco Central Sueco.

 Y esto es lo que dió como comienzo al capitalismo salvaje, tal y como hoy lo conocemos, dando “barra libre” a las entidades emisoras de billetes pera sobreemitir más moneda de la que en realidad poseían en “su tesoro”, produciendo de esta forma la devaluación y empobreciendo a los que como todo ingreso, solo tenían los billetes que se les daba por su trabajo.

Estas emisiones artificiales de dinero podían mantener la economía de un país durante un tiempo, pero, más bien a la corta que a la larga, había que pagar el precio internacional de tal “mentira”, y ajustarse el cinturón para volver a la riqueza verdadera que el país poseía.

¡ Se inventó la crisis económica nacional e internacional ¡

Cuando el dinero se devalúa, el que tiene un gran patrimonio de bienes muebles e inmuebles, no pierde su riqueza, pero el que solo tiene “billetes de papel”, ve drásticamente recortado su poder adquisitivo, y por lo tanto su acercamiento o total caída en la pobreza.

En la moderna Historia de la Economía se habla de las primeras crisis económicas sobre el siglo XVIII, con una muy preocupante oscilación periódica de alrededor de 12 ó 15 años, llegando los picos mayores de tales crisis un par de veces por siglo.

Estas crisis son debidas al endeudamiento de los pobres ante los ricos, y a la decisión por parte de estos de ejecutar la deuda cuando ven a su víctima más indefensa. Les embargan sus bienes por una enésima parte de su valor real, quedando ellos más poderosos y dueños de sus deudores, y al final consiguen dominarlos culturalmente (aunque suene extraño), pero sin el costo bélico que tenían los romanos para romanizar a los pueblos conquistados.

La gota que colma el vaso de esta dominación capitalista fue el abandono del Patrón Oro por parte de Inglaterra y de los EEUU, sustituyéndolo por el patrón de su moneda. Aunque aquí prevaleció el poderío económico de EEUU, y se impuso el Patrón Dólar a principios del siglo XX.

¿Qué quiere decir esto?

Que cualquier país del mundo que quisiera hacer transacciones internacionales, tenía que comprar dólares y ajustarse a su valor. El valor del Dólar subió como la espuma de una cerveza caliente.

Para rematar la operación, y ya que los mayores beneficios no se obtienen de un comercio más o menos justo, sino del préstamo y el endeudamiento de terceros, en EEUU se crea la Reserva Federal, que no es sino un Banco Central, con la capacidad de emitir billetes, pero en manos privadas, pues los gobiernos republicanos cambian constantemente de mandatarios, y la Reserva Federal no puede estar al capricho de las ideas de uno u otro Presidente.

La Reserva Federal es la proveedora de dinero, en forma de créditos, hasta de los mismos EEUU, que, aunque parezca mentira, es uno de los países más endeudados con su propio Banco Central. Para tener el dinero suficiente que necesitan en cada ocasión en que les interesa conceder un préstamo a un país, ya que no necesitan riqueza que les respalde, como sucedía con el Patrón Oro, simplemente imprimen los billetes necesarios, quedando como garantía la riqueza y el patrimonio de dicho país. ¡ Balance cuadrado ¡

Cuando los billetes en circulación son muy desproporcionados a la riqueza global, se corta el chorro de los créditos de refinanciación, y hacen entrar en crisis o en bancarrota a los países endeudados. Se les embarga por una miseria, y la diferencia del valor entre lo embargado y su precio real, salda el exceso de moneda circulante. ¡ Balance cuadrado nuevamente ¡

Como curiosidad, una semana antes del “Jueves Negro” de Wall Street, el 24 de Octubre de 1929, capitales como Rockefeller y Rothschild, retiraron muy estratégicamente a todas sus empresas de La Bolsa, no sufriendo de esa forma descalabro alguno, pues en una situación de pánico bursátil, el único que pierde es el que vende o está expuesto a su devaluación, y por tanto pierde su valor de seguir en el mercado de crédito.

¡ Vamos, esto está como para entrar en Las Bolsas con Viriato y su tropa, falcata en mano, e imponer un orden, echando a latigazos a los especuladores, que en realidad son los únicos culpables del sobreendeudamiento y las crisis económica  que siempre paga el pueblo llano. ¡

Rothschild: el mayor estafador de la historia.

Como parte de mi definición e ideología política, quiero dar a conocer, a aquellos que aún no lo sepan, cual es el origen del Gran y Especulativo Capitalismo Salvaje que aún rige nuestras vidas. Ya que considero imprescindible este artículo como preparación de los que iré escribiendo después, a fin de que todos puedan saber quienes y como son "nuestros dueños".

La mayor de las fortunas existentes hoy en día, la de la familia o grupo Rothschild, tuvo su origen en la mayor estafa jamás concebida y perpetrada por persona alguna, de la que yo tenga noticias.


Para empezar, os daré una sinopsis de la genealogía de esta familia, judíos afincados en Alemania en el siglo XVIII, que, astutamente, “perdieron” su nombre familiar judío, por el patronímico Rothschild, que en alemán de la época, significa escudo rojo.

En 1743 Amschel Moses Bauer se establece en Fráncfort del Meno, Alemania, y abre una tienda decambista, o sea, comerciar con el dinero de los demás.

En la puerta de su tienda coloca el escudo de la ciudad: ue la gente conocía como Escudo Rojo, en alemán: Red Shield, o Rothschild en la lengua de la época.

En 1760, su hijo Mayer Amschel, ya cambia su nombre familiar por Rothschild (Mayer Amschel Rothschild), tomado como patronímico de la familia desde entonces.

En 1798 Nathan Mayer Rothschild, su nieto se instala en Mánchester, Inglaterra, como comerciante textil, y en 1809, se traslada a Londres, donde inicia una gran actividad bancaria, llegando a ser el banquero que financiaba a la corona británica. (En solo 11 años)

¡ Todo esto en tan solo de abuelo a nieto. !

En esas fechas, la corona británica estaba acudiendo a solicitar préstamos y financiación para llevar a cabo su guerra con Napoleón, que tras unos años de confinamiento en la isla de Santa Elena, consiguió escaparse y reunir a sus partidarios para conseguir volver a proclamarse Emperador.

Llegamos a Junio de 1815, en donde se presenta la batalla de Waterloo. Británicos, holandeses y germanos, comandados por el Duque Wellington, van a defender a Bélgica que estaba siendo invadida por Napoleón.

Las guerras han sido siempre, y siguen siéndolo hoy en dia, uno de los mejores negocios para los grandes capitalistas. Nathan Mayer Rothschild, obviamente, lo sabía, e ideó el más astuto de los planes para sacar la mayor tajada posible de la situación.

Unos historiadores dicen que él mismo se fue al lugar de la batalla, y otros dicen que mandó a varias personas de su total confianza como observadores. Yo me decanto por la segunda opción, ya que estar en los campos de Waterloo, en los momentos de la batalla, implicaba un riesgo físico bastante importante, y Nathan era cualquier cosa menos estúpido.

La batalla duró tres días, del 15 al 18 de Junio de 1815, y cuando los observadores de Rothschild estuvieron seguros del resultado, de que Napoleón había sido vencido, salieron como alma que lleva el diablo hacia Londres para llevar la noticia a Rothschild.

La noticia le llegó a Rothschild 15 horas antes de que llegaran las noticias oficiales a Londres sobre el resultado de la batalla.

Los testaferros de Rothschild se presentaron en La Bolsa para vender a cualquier precio, todas las acciones que éste tenía. La Bolsa interpretó, según había previsto Rothschild, que éste tenía noticias de la batalla y que quería huir de Londres, lo que hizo que en La Bolsa cundiese el mayor de los pánicos bursátiles jamás conocido.

Cuando todo el mundo puso sus acciones a la venta, por unos precios tan ridículos que convertían a un millonario en un pobre de solemnidad, Nathan Mayer Rothschild comenzó a comprar todo lo comprable, y en unas pocas horas se hizo “legalmente” el amo absoluto de Gran Bretaña y su Imperio, así como de gran parte de las empresas de los países aliados que se cotizaban en Londres.

Cuando, unas horas después, llegó la gran noticia del triunfo de los aliados sobre Napoleón, el cabreo general, incluso el de la Corona Británica, fue descomunal, pero absolutamente nadie pudo hace nada, ya que todas las operaciones de compra que se llevaron a cabo, estaban legalmente documentadas.

A partir de ese momento, Las Bolsas Comerciales, se han constituido y establecido para engañar a los incautos, hacerles perder lo que tienen e ir construyendo otros bloques de fortuna descomunales, con los que controlar, no solo el comercio, sino a los demás Bancos, a cualquier Institución e incluso a los gobiernos de cualquier país del Mundo.

Y aquí es donde hay que posicionarse. Aquí es donde hay que “mojarse”, y definir a Las Bolsas como al enemigo público nº 1 de cualquier sociedad que pretenda ser la dueña de su propio destino.

Al igual que hay muchos estamentos políticos que no sirven nada, más que para causar gasto al Estado, y de los que se puede prescindir totalmente, sin que nadie los eche en falta, podemos prescindir de Las Bolsas Comerciales para nuestras transacciones comerciales.

Cerrar Las Bolsas no implica, bajo ningún concepto, quitarle nada a nadie. El que tenga dinero invertido en acciones de cualquier Empresa, seguirá siendo dueño de esas acciones, pero tendrá que entenderse directamente con esa Empresa para recoger sus beneficios o pérdidas al final del año fiscal.
Podrá comprar y vender sus acciones, pero a través de la propia Empresa, y no en una Bolsa, en donde está sujeto a las especulaciones y a los rumores, normalmente maliciosos, para hacerle perder su dinero, que, obviamente, se queda otro.

Evitaríamos negocios del tipo Lehman Brothers, en USA, o Fórum Filatélico y Afinsa, en España,que se configuran con el único objetivo de robar a los incautos que se creen que hay un tipo con una idea maravillosa, que desciende del Rey Midas y que convierte en oro todo lo que toca.

La verdad es que hay que ser tonto de remate para poner tus ahorros en un negocio de este tipo.

Espero que este pequeño artículo os haya servido, a los que no conocíais la anécdota, para abriros los ojos de cómo Las Bolsas son las únicas responsables de nuestra actual situación de caos y miseria económica.

Lo dedico con toda mi alma a los que yo llamo: Mis queridos cojonudos. A los jóvenes que han propiciado el movimiento del 15M, la llamada Spanish Revolution, y a los padres y abuelos que, como yo, hemos visto en ellos esa llamarada de valentía para cambiar el sistema capitalista salvaje, por otro más racional y en que cada uno podamos, por fin, ser dueños de nuestros propios destinos.

Un abrazo.